EL PARTIDO LIBERAL RECUERDA EL LEGADO EDUCATIVO DE ROBERTO SUAZO CÓRDOVA Y DESENMASCARA LA FARSA DE LAS “RECONSTRUCCIONES” DEL OFICIALISMO
Mientras el gobierno de LIBRE derrocha millones en propaganda para presumir escuelas “reconstruidas”, el liberalismo recuerda que fueron sus gobiernos los que edificaron con hechos el sistema educativo nacional.
En medio de
una avalancha de vallas publicitarias, placas oficiales y campañas mediáticas
que presumen la “reconstrucción” de miles de escuelas, el Partido Liberal de
Honduras ha devuelto el debate a su verdadera dimensión: no se puede
reconstruir lo que nunca se ha construido.
El oficialismo
del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) ha llenado carreteras, postes
y redes sociales con mensajes que anuncian con tono triunfalista la supuesta
rehabilitación de más de cinco mil centros educativos. Sin embargo, detrás de
ese discurso de cartón se esconde una realidad innegable: en casi cuatro años
de gobierno, no han construido ni una sola escuela nueva.
Los centros
que hoy presumen como “reconstruidos” son, en su inmensa mayoría, los mismos
que fueron levantados durante administraciones liberales, especialmente durante
el gobierno del doctor Roberto Suazo Córdova (1982–1986), quien marcó un
antes y un después en la historia educativa del país.
Suazo Córdova,
considerado uno de los presidentes más visionarios de la era democrática, construyó
más de 2,500 escuelas públicas a lo largo del territorio nacional, pasando
de 4,500 centros en 1981 a más de 7,000 en 1986. Aquella expansión fue la base
sobre la cual se formaron generaciones enteras de hondureños y el verdadero
punto de partida de un sistema educativo nacional con presencia en zonas
rurales y comunidades apartadas.
Infografía
compartida en las redes oficiales del Partido Liberal
El liberalismo, fiel a su filosofía de progreso y desarrollo humano, entendió desde siempre que la educación no es un gasto, sino una inversión social. Por eso, los gobiernos liberales priorizaron la construcción de aulas, laboratorios, institutos técnicos y normales, garantizando que cada comunidad tuviera acceso a un espacio digno para aprender.
Hoy, en
contraste, el gobierno de LIBRE presume como “obras propias” lo que en realidad
son retoques superficiales de proyectos levantados hace décadas por el
liberalismo. En muchos casos, las llamadas “reconstrucciones” se limitan a una
mano de pintura y la colocación de una placa metálica, cuyo costo supera el
del material utilizado en el mantenimiento.
Y mientras el
país se llena de vallas publicitarias con cifras que nadie puede comprobar,
miles de escuelas continúan sin agua potable, sin energía eléctrica, sin baños
funcionales y con techos deteriorados. Es decir, el dinero que debería
invertirse en aulas, pupitres o bibliotecas, termina en campañas mediáticas que
buscan maquillar la ineficiencia gubernamental.
Lo más
preocupante es el intento de apropiación del esfuerzo ajeno. En varios
departamentos se han documentado casos donde la Secretaría de Educación o la
propia Presidencia se adjudican obras ejecutadas por el activista e influencer
japonés Shin Fujiyama, quien con recursos donados por la población ha
rehabilitado decenas de escuelas públicas sin recibir un solo centavo del
Estado.
La diferencia
entre construir país y pintar propaganda no puede ser más
evidente. Mientras el liberalismo dejó en pie miles de aulas que siguen
sirviendo a los niños hondureños cuatro décadas después, el actual gobierno se
limita a colgar rótulos y vender humo político en nombre de la “refundación”.
Roberto Suazo
Córdova no necesitó campañas ostentosas ni vallas publicitarias para mostrar
resultados. Sus obras hablaron por sí solas. Cada ladrillo, cada techo y cada
pizarra construida durante su mandato fue un acto de fe en el futuro de
Honduras. Bajo su liderazgo, la educación fue la prioridad nacional, y
gracias a ello el país experimentó la mayor expansión escolar en toda su
historia republicana.
Desde EL PUEBLO, reivindicamos ese legado y recordamos que los verdaderos cambios no se miden en vallas, sino en oportunidades. Los gobiernos liberales construyeron aulas, formaron maestros y sembraron educación; el actual gobierno, en cambio, pinta paredes, coloca placas y produce discursos.
La historia no miente: la educación hondureña tiene raíces liberales, y su fortaleza es prueba de que cuando el liberalismo gobierna, el país avanza con hechos, no con propaganda.
EL PUEBLO es el espacio oficial de información y comunicación del Partido Liberal de Honduras. Desde aquí compartimos las acciones, propuestas y liderazgos que fortalecen al liberalismo y que representan la esperanza de un país con libertad, justicia y equidad.
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