ANTONIO GARCÍA RENUNCIA COMO VICECANCILLER DE HONDURAS
La salida de Tony García evidencia fracturas internas en la diplomacia de LIBRE y revela el costo político de respaldar a regímenes cuestionados por narcotráfico y violaciones a los derechos humanos.
Antonio García dejó la Vicecancillería de Honduras por
diferencias con la presidenta Xiomara Castro, a quien criticó por respaldar al
mandatario venezolano Nicolás Maduro.
Antonio “Tony”
García, vicecanciller de Honduras desde el inicio del gobierno de Xiomara
Castro, confirmó este lunes 11 de agosto su renuncia al cargo. Su decisión,
según afirmó, se debe a diferencias irreconciliables con la presidenta,
particularmente por el respaldo que el gobierno hondureño mantiene hacia el
mandatario venezolano Nicolás Maduro, señalado por Estados Unidos de
estar vinculado al narcotráfico.
Una renuncia
que revela fisuras en el oficialismo
La dimisión de
García no es un hecho menor: ocurre en medio de crecientes críticas al rumbo de
la política exterior de LIBRE, que ha buscado consolidar alianzas con regímenes
como el de Venezuela, Nicaragua y Cuba, mientras el país sigue atrapado en la crisis
de violencia, migración y pobreza.
El
vicecanciller saliente dejó entrever que no podía continuar en un cargo donde
debía defender a figuras con señalamientos criminales internacionales,
mientras Honduras busca limpiar su imagen de “narco-Estado” heredada de los
gobiernos del Partido Nacional y aún vigente bajo la actual administración.
El costo de
alinearse con regímenes cuestionados
La decisión de
Xiomara Castro de respaldar públicamente a Maduro y mantener una relación
cercana con su régimen es interpretada por analistas como un riesgo
diplomático innecesario que aleja al país de socios estratégicos como
Estados Unidos y la Unión Europea, principales aliados económicos y políticos
de Honduras.
Además, para
una nación que aún carga con el estigma del narcotráfico en las más altas
esferas del poder, respaldar a un mandatario señalado por vínculos similares
resulta una incoherencia política que mina la credibilidad del gobierno en
foros internacionales.
Una diplomacia
en entredicho
La renuncia de
García también pone en evidencia la ausencia de una política exterior clara
y coherente. Mientras sectores internos demandan un acercamiento con socios
democráticos y mayor apertura económica, el oficialismo insiste en priorizar un
bloque ideológico que poco aporta a la solución de los problemas estructurales
del país.
En este
contexto, la salida del vicecanciller es más que un movimiento administrativo:
es un golpe político a la credibilidad del gobierno y un recordatorio de
que las fisuras en el oficialismo son cada vez más visibles.
Análisis de EL
PUEBLO
La salida de
Antonio García demuestra que incluso dentro de LIBRE hay voces que rechazan la
línea política que defiende alianzas con gobiernos cuestionados
internacionalmente. Para un país que necesita urgentemente recomponer su imagen
tras décadas de complicidad con el narcotráfico, respaldar a figuras como
Nicolás Maduro no solo es un error diplomático, sino una peligrosa
contradicción política.
Honduras no
puede aspirar a dejar atrás el estigma de narco-Estado mientras su política
exterior se empeñe en proteger a quienes enfrentan acusaciones similares.
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