CNE APRUEBA POR UNANIMIDAD EL NUEVO SISTEMA TREP: TRAS SEMANAS DE PARÁLISIS Y PRESIONES DEL OFICIALISMO

El Consejo Nacional Electoral alcanzó consenso para modificar el flujo del sistema de Transmisión de Resultados Preliminares, pero detrás del avance se esconde la presión del oficialismo por imponer a la cuestionada empresa Smartmatic y las maniobras dilatorias que paralizaron al organismo.

Comunicado oficial del CNE anunciando la aprobación del nuevo sistema TREP.

El pleno del CNE alcanzó consenso sobre el sistema TREP, tras semanas de bloqueos y presiones del oficialismo.


Tegucigalpa, 04 de agosto de 2025. El pleno del Consejo Nacional Electoral (CNE) aprobó por unanimidad la modificación del flujo del sistema TREP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares), así como una enmienda al pliego de condiciones del proceso de contratación.

Según el comunicado oficial, esta decisión permitirá que el 100% de las actas electorales sean validadas y verificadas automáticamente, garantizando mayor seguridad en la transmisión de los resultados. La recepción de ofertas se llevará a cabo el 14 de agosto, marcando un paso crucial para el calendario electoral.

Pero más allá del anuncio técnico, este acuerdo representa el desenlace de una parálisis de varias semanas, originada por intereses políticos que buscaban manipular el proceso de licitación y comprometer la credibilidad del sistema electoral.

Los atrasos: un plan calculado

Durante semanas, el CNE estuvo en punto muerto porque el consejero del oficialismo, Marlon Ochoa, insistía en favorecer la contratación de Smartmatic, una empresa de origen venezolano que a nivel internacional ha sido señalada y cuestionada por supuestos fraudes electorales en distintos países.

El oficialismo, encabezado por el partido LIBRE, pretendía imponer a esta compañía bajo el argumento de “eficiencia tecnológica”, cuando en realidad su historial internacional despierta más sospechas que confianza.

Analistas políticos señalan que la apuesta por Smartmatic no fue un error técnico, sino una estrategia deliberada para contaminar el proceso electoral, poniendo en riesgo la transparencia y generando incertidumbre a pocos meses de las elecciones del 30 de noviembre.

El hilo de la intromisión oficialista

El consejero Marlon Ochoa, en su papel de operador directo del gobierno dentro del CNE, jugó un rol clave en la crisis. Sus reiteradas maniobras dilatorias y su intransigencia en las reuniones del pleno generaron retrasos que paralizaron la planificación electoral.

La intención era clara: desgastar al organismo, sembrar desconfianza en la ciudadanía y mantener abierta la posibilidad de manipular el sistema TREP, considerado la columna vertebral de la transparencia electoral.

Cuando un consejero se comporta más como emisario del partido de gobierno que como árbitro electoral, el proceso se pone en riesgo”, advierten especialistas en derecho electoral.

El trasfondo: un pueblo que exige garantías

Aunque el acuerdo unánime representa un avance, el trasfondo de la crisis sigue siendo alarmante:

  • El oficialismo mostró hasta dónde está dispuesto a llegar para controlar el sistema electoral.
  • El CNE quedó expuesto a los intereses de un partido que ya no goza de respaldo popular.
  • La confianza de la ciudadanía en la transparencia del proceso se vio nuevamente golpeada.

Organizaciones sociales y expertos recalcan que el TREP no puede convertirse en un arma política, sino en una herramienta de confianza ciudadana.

El voto masivo es la única forma de derrotar cualquier intento de fraude, pero las instituciones deben garantizar que ese voto se respete”, ha reiterado el líder político Salvador Nasralla en entrevistas recientes.

 

 

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