CNE LOGRA ACUERDOS TRAS SEMANAS DE PARÁLISIS: LA SOMBRA DEL OFICIALISMO Y LA INJERENCIA POLÍTICA PONEN EN JAQUE LA DEMOCRACIA HONDUREÑA

A menos de cuatro meses de las elecciones generales, el Consejo Nacional Electoral sale de un prolongado estancamiento, pero la ciudadanía mantiene la desconfianza ante la clara injerencia del oficialismo y la inacción de instituciones como el Ministerio Público.

Los consejeros del CNE durante la conferencia de prensa anunciando acuerdos.

A menos de cuatro meses de las elecciones, el pleno del CNE logró acuerdos, aunque la sombra del oficialismo y la desconfianza ciudadana siguen presentes.


Tegucigalpa, 04 de agosto de 2025. Luego de varias horas de reunión en pleno, los consejeros del Consejo Nacional Electoral (CNE) anunciaron este lunes que alcanzaron acuerdos por unanimidad sobre los temas que mantenían paralizado al organismo electoral en un momento crucial, a pocos meses de las elecciones generales programadas para el 30 de noviembre.

La presidenta del CNE, Cossette López, junto a los consejeros Ana Paola Hall y Marlon Ochoa, comparecieron en conferencia de prensa en las instalaciones del ente electoral para dar lectura a un documento que recoge los consensos alcanzados.

Sin embargo, detrás de este anuncio que busca enviar tranquilidad al electorado, se esconde un proceso marcado por la intransigencia política, la falta de independencia institucional y la intromisión descarada del oficialismo.

El hilo de la parálisis

Durante semanas, el pleno del CNE se vio incapaz de avanzar en decisiones clave: desde la aprobación de contratos logísticos y tecnológicos hasta la definición de lineamientos de fiscalización del proceso electoral. Esta parálisis no fue casual.

El Ministerio Público, en vez de garantizar imparcialidad y acompañamiento técnico, terminó siendo percibido como un actor más en la pugna política, sirviendo de escudo para quienes pretendían frenar la operatividad del organismo.

A esto se sumó la postura del consejero Marlon Ochoa, representante directo del oficialismo, quien incumplió deliberadamente con su rol de garante de transparencia para convertirse en un operador político más. Sus reiterados bloqueos, dilaciones y discursos cargados de intereses partidarios fueron la piedra angular del estancamiento que amenazaba con comprometer el calendario electoral.

Oficialismo jugando con fuego

Analistas coinciden en que el oficialismo, consciente de su desgaste político y de la poca aceptación de su candidata, intenta ganar tiempo y deslegitimar al árbitro electoral como parte de una estrategia para sembrar dudas sobre el proceso.
“El CNE no puede convertirse en rehén de un partido en el poder que ya no tiene el respaldo ciudadano”, afirman expertos en derecho electoral.

Mientras tanto, la población observa con escepticismo cómo la crisis en el CNE se convierte en un reflejo de la crisis institucional del país: un Estado donde los organismos que deberían garantizar democracia y justicia terminan subordinados al poder político de turno.

El pueblo exige certezas

Aunque los acuerdos alcanzados en el pleno permiten que el organismo salga momentáneamente de la parálisis, la confianza en el proceso electoral sigue en entredicho. Cada retraso, cada intromisión y cada maniobra dilatoria alimenta la desconfianza de un pueblo que ya no cree en promesas, sino en hechos concretos.

La democracia no se negocia ni se manipula; el CNE debe responder al pueblo hondureño, no a los intereses del oficialismo”, recalcan organizaciones civiles que siguen de cerca el proceso.

 

 

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