COHEP RECOMIENDA REVISIÓN GRADUAL DE LA TASA DE POLÍTICA MONETARIA

Empresarios alertan que el actual nivel limita el crédito y frena la inversión privada en Honduras.

Gráfico de indicadores económicos de Honduras mostrando el alza en la liquidez bancaria y la caída en la colocación de préstamos.
Pese a la liquidez del sistema bancario, la colocación de créditos sigue desacelerada, generando preocupación en el sector privado


El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), a través de un reciente estudio de su Gerencia de Política Económica (GPE), recomendó una revisión gradual de la Tasa de Política Monetaria (TPM) como medida urgente para alinear la política monetaria con la realidad del mercado hondureño.

Alta liquidez, poco crédito

El oficial de política económica del Cohep, Léster Amador, advirtió que los bancos mantienen niveles de liquidez elevados —más de 149 mil millones de lempiras al primer semestre de 2025, según cifras de la Ahiba—, pero el crédito no fluye al sector productivo.

“El sistema bancario tiene recursos disponibles, pero los coloca poco debido a la incertidumbre y a condiciones poco favorables para invertir”, explicó Amador.

Actualmente, la TPM se mantiene en 5.75% desde octubre de 2024, un nivel que, según el sector privado, se ha vuelto rígido y genera dudas entre empresarios e inversionistas.

Crédito desacelerado

Datos de la Asociación Hondureña de Instituciones Bancarias (Ahiba) reflejan que en junio de 2025 la colocación de préstamos cayó en 1,788 millones de lempiras frente al mes anterior.

Aunque de forma interanual la cartera total de préstamos aumentó en 51,299 millones, la mayor parte del crecimiento se dio en moneda extranjera (73%), mientras que los préstamos en lempiras nacionales se contrajeron, reflejando una pérdida de dinamismo interno.

De hecho, todas las tasas de colocación de préstamos en junio fueron negativas, un síntoma de la desaceleración del crédito que ya arrastra desde 2024.

Impacto en consumidores y empresas

El estancamiento del crédito coincide con tasas de interés históricamente altas: entre 24% y 36% en préstamos comerciales y personales, lo que encarece la inversión y aumenta el costo de vida para miles de hondureños.

Esto afecta tanto al sector informal, que depende del microcrédito para sostener pequeños negocios, como a las grandes empresas, que enfrentan dificultades para financiar proyectos de expansión en un entorno de menor consumo interno.

“El peligro es que, aunque se bajen las tasas de referencia, si no hay confianza en la economía, el crédito seguirá restringido y no se traducirá en más inversión ni en más empleo”, explicó Amador.

Un mercado en tensión

El Cohep sostiene que una revisión gradual de la TPM podría devolver confianza, dinamizar la colocación de préstamos y reactivar la inversión privada, en un contexto en el que Honduras todavía enfrenta alta dependencia de importaciones y presiones inflacionarias, desempleo juvenil creciente por falta de oportunidades y, costos de producción al alza, con insumos agrícolas y energéticos que presionan a los sectores más vulnerables.

Por consiguiente, la política monetaria se encuentra en una encrucijada: mantener la estabilidad macroeconómica o permitir un mayor flujo de crédito que estimule el crecimiento. El sector privado advierte que, sin ajustes, la economía podría enfrentar un escenario de liquidez abundante, pero sin inversión ni generación de empleo, lo que profundizaría la fragilidad del modelo actual.




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