Semanario El Pueblo No. 6 - Jhosy Toscano
noviembre 01, 2025
Por: Abog. Octavio Pineda Espinoza
Como me enseñó mi padre Pin Pon, hay que buscar
enseñar algo en cada expresión, en cada gesto, entonces como profesor,
catedrático o como me quiera definir quien lea este artículo, mi objetivo, es
que algo quede que sea importante y que sirva para el que se tomó la molestia
de leer, en un tiempo, en el que ya nadie lee, esta reflexión sea parte del
cambio.
Como todo aspirante a maestro, siempre voy a
las definiciones, y buscando encontré que vulnerable, según esos textos es: “Ser
susceptible de ser lastimado o herido ya sea físicamente o moralmente”, para
mí, mala definición, vulnerable para quien escribe es estar en control de todos
sus sentimientos y experiencias buenas y malas pero sobre todo, de aprender de
ellas.
Dicho esto, lo anterior no es un concepto
absoluto, menos en la institucionalidad hondureña, frágil, débil, inefectiva,
tanto así, que lo que privan son los caracteres de las personas, antes que la
fortaleza de las leyes. Hemos convertido a la Ley, en un evento, en vez de una
realidad concreta y por eso tenemos, Ingenieros hablando de la Constitución,
Abogados hablando de construcción de hospitales y un séquito de estúpidos
pretendiendo redefinir la historia.
Cuando en una sociedad perdemos el compás moral
enseñado por Jesucristo, y el compás intelectual que solo viene con
el estudio, la dedicación, la inteligente decisión de doblegarse a los libros
antes que a las personas, independientemente de los supuestos títulos
académicos acumulados, que ahora se consiguen a granel, cuando no existe una
dedicación exclusiva a un tema y vale más la opinión de un ignorante
“influencer” que la de un erudito que ha acumulado conocimiento, experiencia y
la virtud de entender la diferencia, estamos simple y sencillamente en la Selva
donde el que muestre más sus dientes falsos vale más que el dedicado
investigador; nos hemos convertido en pocas palabras, en una generación de
borregos y por eso, nos tratan como tales.
Cuando es más importante la cara de la persona,
o el cuerpo, antes que su cerebro, tenemos un país como Honduras, el más
desigual de América Latina, 50% de pobreza general y 4&% de pobreza
extrema, casi un estado fallido, en donde el tuerto es rey porque el resto
somos ciegos, en un fracaso.
Mi molestia viene porque yo me eduqué sin redes
sociales, sin internet, sin x, Instagram, Facebook, etc, etc, me eduqué con los
maestros que aún venero, mi Padre y mi Madre, agachándome como ellos me
enseñaron ante los libros, en aquella época prehistórica cuando uno admiraba a
sus catedráticos solo por el hecho de serlos, cuando era más importante saber
que quedar bien con los organismos internacionales, cuando uno solo hacía si
fallaba en el semestre, una recuperación, entendiendo que el que falló fue uno
y cuando las nuevas tendencias no habían convertido generaciones de hombres y
mujeres en la generación de cristal que tenemos ahora, en un atajo de débiles
figuras.
Este es en realidad un país eminentemente
vulnerable, pero no solo por lo que pasa en la naturaleza, que ya nos demuestra
la incapacidad de las autoridades para solventar los problemas más elementales
y que ahora, en período electoral hemos reducido a que el flaco o el gordo es
bueno, sin medir resultados, sin medir responsabilidades. Somos vulnerables
institucionalmente, pero llegamos aquí por la desidia de quienes debieron
cuidar esos pequeños detalles que mi padre me enseñó en la casa, respeto a tus mayores,
devoción a Dios, a pesar de tus pecados, civismo, amor a la Ley, ahora un atajo
de neófitos, bebe saurios de la nomenclatura de Libre nos quieren enseñar, a
los que hemos estudiado un poquito, como vivir, pero la culpa es nuestra por
cobardes, porque una persona formada en el tiempo y el estudio, no debe doblar
la cerviz ante el penco irreverente, es un imperativo categórico que el talento
debe preceder a la injuria pero, en un país de mudos, el gritón es rey.
Piense lo que quiera pensar estimado lector, la
verdad, es que todos, hemos contribuido a tener el país que tenemos y que
todos, pensando en nuestros mezquinos intereses, le hemos hecho un deservicio a
la Patria. Aquí que no me vengan con pajas los empresarios acostumbrados a la
dádiva institucional, los supuestos dirigentes de los trabajadores coludidos
con el poder de turno en 30 años de privilegios, los académicos comprados,
vendidos o en el peor de los casos, callados como las sombras de sus títulos
falsos, que no le vengan a echar la culpa a los políticos cuando, como decía mi
padre, los más políticos, queda bien y corruptos, son los que dicen que no son
políticos.
Tengamos una vez en la vida, porque la
caricatura de Democracia que tenemos es mejor que cualquier tiranía, aquellos
del padre trino, para levantar la antorcha y pronunciar el verbo, la decidida
visión que este país debe cambiar y reconstruirse, no refundirse con los
farsantes vestidos de izquierda, ni con los corruptos de la extrema derecha que
ahora se presentan como salvadores de la Democracia que desmontaron por 12
años, ni con los supuestos liberales de cafetín, los mapaches como los llamaba
mi Padre, un hombre que sí luchó por esta Democracia; tengamos por favor algo
de dignidad, olvidemos nuestras mezquinas pretensiones, al menos aquellos que
ya pasamos la mitad del reloj de la vida. Que nuestros hijos e hijas nos
valoren por el temple de nuestras convicciones y no, por las cuentas en los
bancos, que sientan que sus padres y madres, lucharon por algo superior.
Yo he sido bendecido de muchas formas en mi
vida, Padres y hermanos maravillosos, una vida en la que puedo construir
todavía, pero a estas alturas, con sinceridad, aspiro a que mi hija Samantha
diga, mi padre fue parte de ese cambio importante. Dejemos de ser vulnerables,
seamos valientes, la Patria y la historia lo reclaman.
Abogado y
Notario. Catedrático Unah. Político Liberal.
EL PUEBLO es el espacio oficial de información y comunicación del Partido Liberal de Honduras. Desde aquí compartimos las acciones, propuestas y liderazgos que fortalecen al liberalismo y que representan la esperanza de un país con libertad, justicia y equidad.
0 Comentarios