GLORIA BONILLA, LA FIRME DEFENSORA DEL LIBERALISMO Y LA SOLIDARIDAD EN COMAYAGUA
Entre gestión social, trabajo territorial y una defensa firme del liberalismo, la diputada Gloria Bonilla busca un nuevo mandato respaldada por comunidades que ven en ella una aliada confiable y cercana.
Gloria Bonilla, en una de sus jornadas comunitarias en Comayagua, donde ha impulsado proyectos de salud, inclusión y apoyo social durante su gestión.
27 noviembre. Durante estos años en el Congreso
Nacional, Bonilla ha mantenido un ritmo de trabajo que pocas bancadas pueden
exhibir. Su labor ha estado enfocada en tres áreas que los comayagüenses
reconocen como urgentes, entre ellas, salud, inclusión social y gestión
comunitaria. Impulsó el proyecto de ley para una clínica de hemodiálisis en
Comayagua —una demanda histórica de cientos de pacientes renales— y ha liderado
brigadas médicas que incluyen consultas generales, odontología y acceso gratuito
a medicamentos en comunidades vulnerables.
Su compromiso también ha alcanzado a quienes
viven con discapacidad. Desde su oficina parlamentaria ha logrado facilitar
prótesis, sillas de ruedas, procesos de rehabilitación y evaluaciones médicas
especializadas, contribuyendo directamente a la movilidad y calidad de vida de
decenas de familias. Ese tipo de acciones, sin discursos extensos ni cámaras
alrededor, han fortalecido su reputación como una diputada que “resuelve”, como
la describen los líderes de base del departamento.
Además, Bonilla forma parte activa de Fuerza
Mujer, un espacio dentro del Partido Liberal que impulsa la participación
política de las mujeres y promueve iniciativas comunitarias vinculadas con
derechos ciudadanos, emprendimiento y autonomía económica. Su labor legislativa
ha incluido propuestas para exonerar impuestos municipales en zonas rurales y
facilitar equipamiento a gobiernos locales pequeños, como San Luis, donde fue
reconocida por el Congreso Nacional.
A su trayectoria pública se suma una historia
personal marcada por la resiliencia. En 2014, el Legislativo le entregó la Gran
Cruz Placa de Oro y una Placa de Reconocimiento por su valentía frente a
tragedias familiares que trascendieron a la opinión pública. Ese episodio,
lejos de frenar su carrera, la fortaleció y la convirtió en un símbolo de
perseverancia.
Hoy, mientras Comayagua se prepara para un
nuevo proceso electoral, Bonilla recorre nuevamente el territorio que conoce de
memoria. Escucha, toma nota, gestiona, acompaña. Y en cada reunión, mitin o
visita a comunidades, repite un mensaje que se ha convertido en su marca
política: la representación no es un privilegio, es un servicio.
Los comayagüenses que acuden a sus actividades
reconocen en ella algo que escasea en la política hondureña: coherencia. No ha
roto el vínculo con las bases, no ha abandonado la agenda social y ha defendido
al liberalismo desde la honestidad y la cercanía, sin caer en estridencias ni
confrontaciones vacías.
Bonilla aspira a la reelección, y lo hace desde
un lugar distinto al de muchos candidatos, desde los hechos. Sus propuestas no
nacen en una oficina ni en consultorías partidarias, nacen de los recorridos,
de las filas en los centros de salud, de las madres que no tienen cómo comprar
medicinas, de los adultos mayores que necesitan prótesis, de las comunidades
que la ven llegar como una aliada, no como una visitante temporal.
En un país donde la confianza es un recurso escaso, Gloria Bonilla se ha ganado algo que no se compra ni se improvisa: credibilidad. Y esa credibilidad será puesta a prueba el 30 de noviembre, cuando Comayagua decida si quiere que la diputada que llegó con bandera en mano y trabajo concreto en cada comunidad siga representándolos por cuatro años más.
EL PUEBLO es el espacio oficial de información y comunicación del Partido Liberal de Honduras. Desde aquí compartimos las acciones, propuestas y liderazgos que fortalecen al liberalismo y que representan la esperanza de un país con libertad, justicia y equidad.






0 Comentarios