CARACAS Y TEHERÁN REFUERZAN SU ALIANZA ESTRATÉGICA FRENTE A LA PRESIÓN MILITAR DE WASHINGTON

El eje Caracas-Teherán avanza en cooperación militar, comercial y energética, mientras la Casa Blanca evalúa un “cambio de régimen” en el país sudamericano.

Banderas de Israel y Qatar ondeando sobre un cielo azul, simbolizando la tensión diplomática entre ambos países tras el inédito ataque aéreo israelí en Doha.
Las banderas de Israel y Qatar ondean en paralelo en medio de una relación marcada por tensiones históricas. El reciente bombardeo israelí en Doha representa un punto de quiebre en la diplomacia regional y amenaza con desestabilizar los esfuerzos de mediación.


Irán anunció este lunes su respaldo absoluto a Venezuela tras las crecientes amenazas de intervención militar por parte de Estados Unidos, que busca endurecer su estrategia contra el gobierno de Nicolás Maduro.

El canciller iraní, Abbas Araghchi, condenó las advertencias de Washington y señaló que constituyen una “violación flagrante de la Carta de las Naciones Unidas”, además de representar “un riesgo evidente para la estabilidad y la paz mundial”.

La postura iraní fue acompañada por un pronunciamiento del presidente del Parlamento, Mohammad Bagher Qalibaf, quien aseguró que ambos países no se dejarán intimidar:

“No permitiremos que las amenazas detengan nuestros acuerdos bilaterales. Venezuela e Irán seguirán avanzando en su cooperación estratégica”.

La alianza entre Caracas y Teherán, consolidada en los últimos años, ya suma un intercambio comercial cercano a los 3 mil millones de dólares, además de la instalación de una fábrica de drones en territorio venezolano y proyectos conjuntos en materia energética y tecnológica.

En paralelo, fuentes de defensa de Estados Unidos filtraron a medios internacionales que se discute un plan similar al operativo militar contra Manuel Noriega en Panamá, sugiriendo la posibilidad de un cambio de régimen en Venezuela.

No obstante, reportes de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) contradicen las acusaciones que Washington ha esgrimido históricamente contra Caracas, señalando que Venezuela no es un país productor ni de tránsito significativo de cocaína: apenas un 2% de las incautaciones mundiales provienen de su territorio, frente al 84% que corresponde a Colombia.

En Caracas, el gobierno de Maduro celebró el respaldo de Teherán como un mensaje de unidad frente a la “injerencia extranjera” y destacó que la cooperación internacional con países aliados seguirá ampliándose. Analistas internacionales consideran que este nuevo escenario tensa aún más el tablero geopolítico en América Latina, con Venezuela convertida en un punto estratégico de confrontación entre Occidente y el eje Irán-Rusia-China.

 

 

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